jueves, 10 de julio de 2008

Riccó gana al sprint a Valverde

El italiano Ricardo Riccó, del Saunier Duval, hizo cumbre en la primera llegada en alto del Tour de Francia con una exhibición que le permitió estrenar su palmarés por delante del español Alejandro Valverde, mientras que el luxemburgués Kim Kirchen (Columbia) se convirtió en el cuarto líder de la presente edición.

Riccó, conocido como "la cobra", mordió su primer éxito en la sexta etapa, en un alarde de talento y brillantez, delante de la plana mayor de la carrera, que no pudo impedir la victoria de la perla del ciclismo italiano, del hombre que fue segundo por detrás del español Alberto Contador en el pasado Giro de Italia.

El italiano firmó su hazaña por velocidad, e invirtió un tiempo de 4h.57.52 en los 195 kilómetros entre Aigurande y Super Besse, con un segundo por delante de Valverde, que mostró su mejor cara con sus heridas aún sangrantes y del australiano Cadel Evans, ambos atentos en el momento decisivo.

Franck Schleck y Kirchen pasaron a 4 segundos, Carlos Sastre y Denis Menchov, junto al checo Kreuziger, a 7 y el italiano Damiano Cunego, en dificultades cruzó a 32.

Kim Kirchen, de 30 años y ganador de la Flecha Valona, puso la cuarta cara al maillot amarillo, el primer luxemburgués desde el mítico Charly Gaul, que lo lució en la primera etapa del Tour de 1959 en calidad de ganador del año anterior.

Cadel Evans, quien se atrevió a dar un manotazo a un gendarme que iba en moto en plena carrera, pasó a la segunda plaza a 6 segundos de Kirchem, Stefan Schumacher retrocedió al tercer lugar, a 16 segundos. Entre los ilustres Denis Menchov figura séptimo (a 1.03), Alejandro Valverde es de nuevo el primer español, octavo (a 1.12) y Oscar Pereiro, magnífico en el ascenso a Super Besse, es décimo (a 1.21). Por su parte Carlos Sastre quedó duodécimo a 1.34 y el italiano Cunego perdió medio minuto en la etapa y está a 1.43 del líder.

Una etapa que se adentró en el macizo central con el interés marcado en los 50 últimos kilómetros con el ascenso a la Croix Morand (2a) y el aliciente final en Super Besse.

En las cuestas de la primera dificultad se deshizo el trío de franceses que formó la escapada de turno desde los albores de la carrera. Sylvain Chavanel (Cofidis) y Freddy Bichot (FRA/Agritubel) soltaron a Benoit Vaugrenard (FRA/Francaise) en busca de la cima, donde coronaron con un minuto de ventaja.

Opciones para Valverde

También se descompuso el pelotón, que fue repartiendo esprinters y rodadores por cada metro de la pendiente. El Caisse D'Epargne en pleno ejerció el mando para marcar el ritmo de las operaciones hasta la cima, el posterior descenso y la batalla final. Valverde, con sus vendajes en el brazo y la pierna, marchaba a buen recaudo en espera del momento clave, sin signos de debilidad tras una noche de insomnio y dolor por la caída del día anterior.

Los hombres de Eusebio Unzue, que descartó optar a la victoria de etapa en vistas de la avería de su líder, acabaron la faena de caza. Cedió Chavanel, eso sí, como nuevo dueño del maillot de lunares, poco después Bichot, que aún se puso flamenco con una admirable resistencia, después de una aventura estéril de 177 kilómetros.

Paso al momento de la verdad. Una subida a Super Besse que ofrecía un primer tramo de 7,4 kilómetros con un 5,7 por ciento de pendiente y una rampa final de 1.500 metros al 10. Se produjeron varios ataques, el más significativo el de Piepoli y Vandevelde, pero el dúo italo-americano sucumbió al paso del Caisse D'Epargne, enorme en el trabajo para su líder.

Olía a etapa para Valverde, ligero en el ascenso y hábil en la colocación. Pereiro le condujo hasta el mano a mano con los hombres fuertes de la carrera. Con todos en un palmo de asfalto, arrancó Riccó, se llevó a Valverde, pero el corredor de Sassuolo, "Il bisontino", explotó toda la fuerza que lleva dentro, que es inmensa, y pudo alcanzar uno de sus grandes sueños desde que corría en aficionados.

Premio para la calidad, la ambición y el descaro de un corredor apuesta personal de su director, Josean Fernández Matxín, quien se "enamoró" de Riccó cuando ganó siendo aficionado la Semana Lombarda ante profesionales. Con 20 años fue campeón de Italia sub'23 y en 2006 ganó un esprint al mismo Bettini. Un año más tarde conquistó en el Giro las Tres Cimas de Lavaredo. Lo que hizo en Super Besse se venía venir. De lejos.

La séptima etapa unirá las localidades de Brioude y Aurillac a través de 159 kilómetros, un recorrido de media montaña con cinco dificultades, dos de segunda categoría. Jornada para aventureros.

Alejandro Valverde lamentó no haber podido imponerse en la sexta etapa del Tour de Francia, la primera con final en alto, en el puerto de Super-Besse, de segunda categoría, pero se mostró satisfecho por haberse encontrado "mejor de lo que esperaba" tras la caída de la víspera camino de Châteauroux.

"Me he encontrado mejor de lo que esperaba. El equipo ha hecho un trabajo extraordinario, es una pena que no he podido rematar con la victoria de etapa", afirmó el murciano del Caisse d'Epargne que fue segundo tras el italiano Riccardo Ricco, del Sauiner Duval.

Valverde aseguró que su segundo puesto en Super-Besse demuestra que está al mismo nivel que antes de la caída y que sus opciones de victoria final en París están intactas.

"Me he encontrado perfectamente del golpe. Ayer me afectó pero hoy he demostrado que estoy recuperado, que soy el de antes", dijo el ciclista.

El Caisse d'Epargne trabajó intensamente para echar abajo todas las escapadas de la jornada y llevar a su jefe de filas a las faldas de Super-Besse con opciones de victoria, un esfuerzo que el murciano quiso agradecerles.

Su buen rendimiento le hace pensar que todo ha entrado en orden y que el minuto que perdió en la contrarreloj de Cholet y la caída de ayer forman parte del pasado.

Declaración de Valverde tras la caída

No es nada preocupante la caída que sufrí ayer. Es rara la etapa en que no que se produce alguna y miren por donde esta vez me ha tocado a mí. Espero que sea la última.

Me llevé un buen susto, aunque creo que se lo llevaron todos. Rodaba en el centro del pelotón que ocupaba todo el ancho de la calzada y bien arropado. Íbamos a una la velocidad que rozaba los cincuenta y cinco kilómetros por hora y hablaba con Arrieta. De golpe se produjo un porrazo y la bicicleta saltó por delante y luego de atrás. Caí del lado derecho, ya que no pude reaccionar. Ocurrió que pillé uno de los reflectantes que hay en el suelo de la carretera, que no pude ver por que Íbamos todos juntos.

Al verme con sangre, no mucha, me asusté ya que la caída fue muy aparatosa. Me levanté enseguida moviendo el brazo y el hombro derecho, ya que hace dos años me fracturé la clavícula, cuando corría mi segundo Tour, y tuve que abandonar.

Ver que tenía movilidad era buena señal. El médico de carrerame atendió enseguida y mis compañeros me llevaron otra vez al pelotón. Triki Beltrán y Arrieta me dijeron que la bici había volado por encima.

Voy bastante magullado y ahora mismo es el gemelo lo que más me preocupa. Me estoy poniendo hielo para bajar la inflamación y seguro que mañana [por hoy] me levantaré con agujetas. Me ha venido a la memoria la caída que también sufrí en la Vuelta a España, precisamente en la etapa que finalizaba en Caravaca de la Cruz.

Al terminar la etapa de ayer me enseñaron la rueda averiada. Tiene un agujero de cinco centímetros en el tubular y está toda reventada.

Me encuentro bastante bien y espero que esta primera etapa de montaña [la de hoy], favorable a mis características, sirva para que esté delante.

Queda mucho Tour y si sin caídas ya se hace duro, imagínense tras un golpe como el que me llevé ayer.

Cavendish gana a Freire y Alejandro sufre una caída

Los velocistas no faltaron a la cita con el sprint en la quinta etapa del Tour de Francia y Mark Cavendish se impuso en la recta de meta de Chateauroux por delante de Óscar Freire y de Eric Zabel, que acabaron segundo y tercero, respectivamente.

El británico consiguió su primera victoria en la ronda gala en una jornada que pudo costarle cara a Alejandro Valverde, principal baza española en carrera, tras sufir una dura caída en el kilómetro 93 que le dejó un fuerte golpe en la cadera y el muslo derecho.

Por su parte, el alemán del Gerolsteiner Stefan Schumacher logró mantenerse al frente de la clasificación general tras la disputa de los 232 kilómetros de esta quinta etapa, la más larga del Tour, transcurridos entre Cholet y Chateauroux.

En busca de la llegada al sprint

La jornada estuvo marcada desde el kilómetro 11 de carrera por la escapada de los franceses Jegou, Vogondy y Brard. Los tres corredores franceses comandaron la carrera durante prácticamente toda la jornada, pero estaba claro que los sprinter no iban a permitir que se les escapara una nueva volata en la meta de Chateaureoux.

A falta de 70 kilómetros, el Gerolsteiner y el Credit Agricole se pusieron a tirar del grupo para neutralizar una escapa que a punto estuvo de fructificar. No fue hasta los últimos metros cuando el pelotón logró dar caza a los fugados. Pese a que Vogondy puso más resistencia, al corredor del Agritubel le faltaron fuerzas en los metros finales y se dejó rebasar por los velocistas.

Freire, que había ido cogiendo posiciones en el pelotón para atacar en el sprint, se quedó a un paso de la victoria en un final de etapa que presentaba una larga sección llana de kilómetro y medio favorable a velocistas potentes. Pero el español del Rabobank tuvo que conformarse con el segundo puesto a la estela de Cavendish, quien se alzó con su primera victoria de etapa en la ronda gala.

Caída de Valverde a mitad de etapa

Una jornada de tránsito que pudo salirle cara a Alejandro Valverde. El murciano sufrió una caída en el kilómetro 93 de la etapa en la que se vio implicado con el francés John Gadret, del AG2R.Con el apoyo de todo su equipo, y después de ser atendido por el médico de carrera, el corredor del Caisse d'Espargne se reintegró al pelotón con la rodilla y el brazo derecho ensangrentados.

No obstante, y pese a tener un duro golpe en la cadera y el muslo derechos, Valverde aseguró a final de etapa no tener nada grave y podrá mantenerse con todas las garantías en la lucha por el maillot amarillo.

Quien no pudo seguir adelante fue Juan Mauricio Soler. El colomibano del equipo Barloworld, ganador del premio de la montaña el año pasado, tuvo que poner pie en tierra y abandonar la coimpetición después de no lograr recuperarse de su caída del primer día.

miércoles, 9 de julio de 2008

Alejandro Valverde: "Queda mucho Tour y Valverde para rato"

La etapa contrarreloj que disputé ayer para mi ha estado bien y en la línea esperada. Quizás con veinte segundos menos hubiese sido excelente. Creo haber estado en el tiempo más o menos previsto dadas las características de esta crono.

De salida a meta he regulado bien. No hay que alarmarse, estoy entre los favoritos y llevamos cuatro días de carrera. El Tour son veintiuno. Queda por tanto todavía mucho y la montaña no ha llegado aún. Puede pasar de todo, desde recuperar tiempo a perder mucho más.

Respecto a mis más directos rivales sé que Cadel Evans me ha metido un minuto siete segundos y que Denis Menchov también un poco. Por lo demás, bien.

El año pasado perdí siete minutos y este año, uno más o menos. Es verdad que esta contrarreloj ha sido más corta que la de entonces y de ahí que si valoramos el tiempo total he bajado, por así decirlo, en seis minutos. Y esta mejora me satisface.

No olvidemos que la contrarreloj de ayer, con el aire de cara que daba bastante en los primeros kilómetros, era más bien para corredores de mucha fuerza. O sea que pesen 70 kilos, cuando yo estoy en 62 y eso cuesta más trabajo a la hora de correr.

Sobre la bicicleta no tenía ninguna variación que destacar, era la misma con la que he disputado las anteriores etapas de contrarreloj. En esta ocasión el desarrollo que llevé fue un 55-11.

Mi valoración de la crono es positiva por lo que no hay que alarmarse. Si tuviera que puntuarla le daría entre un siete o un ocho de calificación.

Al término de la etapa tuve que pasar el correspondiente control anti doping y en él estuve más tiempo del normal. Nada menos que hora y media tardé en poder pasarlo.

Quiero aprovechar estas líneas para dar ánimo a mi compañero de equipo Luis León Sánchez. Salió muy ilusionado por ser el actual campeón de España en esta especialidad y tuvo bastante mala suerte. Entre los problemas del sillín y otras circunstancias se vio obligado a cambiar de bicicleta y eso le retrasó bastante con respecto a lo que en él es nornal en este tipo de carreras.

Sigo pensando que ahora mismo el Tour sigue estando muy abierto para todos. La etapa maratoniana que nos va a tocar disputar mañana, con más de doscientos kilómetros, la más larga de esta edición, servirá para que los velocistas natos aprovechen este terreno completamente llano y vuelvan a tener su oportunidad que hasta ahora no han podido tener

El fin de semana se acerca y será en los Pirineos cuando realmente comenzará el gran espectáculo del Tour. Estoy mentalizado y preparado para ello tanto yo como el resto de los compañeros del equipo.

De momento he salido airoso de la prueba de la contrarreloj y no se ha perdido nada. Queda açon mucho Tour y sobre todo nos esperan días muy duros en la montaña con unos Pirineos y unos Alpes que serán, como casi siempre, los que acabarán decidiendo la carrera. La clasificación tiene todavía que dar muchos vuelcos.

Schumacher gana la crono y es nuevo líder. Valverde acaba bien

En el Tour no gana uno para sustos. La contrarreloj de Cholet tuvo el resultado que se esperaba. Alejandro Valverde perdió 1:07 con respecto al australiano Cadel Evans, pero no se vino abajo. «El Tour queda muy abierto», señaló, al tiempo que aseguró que estaba «contento» con un resultado que «entraba en los márgenes. Esto acaba de empezar y queda todo por llegar».

Nada definitivo, por supuesto, pero además de ser algo real, psicológicamente es un golpe. Lo que si demostró Valverde es saber encajar bien el infortunio.

Ni su estado de forma, ni las últimas contrarrelojes que había realizado nos conducían a una situación como la que nos terminamos encontrando. Con decir que en los primeros once kilómetros había cedido veintiséis segundos, es más que suficiente para saber de que estamos hablando.

Mirar los resultados de esa crono no resulta muy halagüeño para nuestro ciclismo. Iván Gutiérrez fue el mejor, a 50 segundos de Schumacher. Pereiro estuvo a su nivel, a 1:28 del ganador. Luego aparecen Samuel Sánchez, a 1:31, y Valverde, a 1:34, con Mikel Astarloza y Carlos Sastre, a 1:42 y 1:43. Todos se han movido, menos Valverde, en sus registros habituales. Sastre es de lo que perdió menos tiempo que en otras ocasiones. Mejor no mover mucho esa contrarreloj, por si acaso, que ha supuesto una pequeña decepción.

Pero más sorprendente todavía es lo del alemán Stefan Schumacher, un buen corredor, pero no un especialista. Si el Tour quería tranquilidad, el nuevo maillot amarillo no se la va a dar.

El medallista de bronce en el último Campeonato del Mundo de Sttutgart es uno de esos ciclistas que nunca parecen despegar, con una carrera en la que se encuentran actitudes comprometedoras.

Dio positivo tras pasar un control de alcoholemia después de sufrir un accidente de tráfico el pasado mes de octubre. Su coche golpeó la verja de un jardín. Sucedió después del mundial. Su tasa de alcohol era muy elevada. Pero lo peor es que en el análisis de sangre que le realizaron después aparecieron restos de anfetaminas.

Se quedó diez meses sin el carnet de conducir. Le sancionaron con 10.000 euros. Su tasa de alcohol en sangre fue del 0,7%, cuando en Alemania el límite está situado en el 0,5%. Dijo que no tenía ni idea de cómo habían aparecido las anfetaminas en su cuerpo. No es la primera vez que Schumacher, que debutó como profesional en el Telekom, ha tenido problemas.

En 2005 fue descalificado en la Vuelta a Renania-Palatinado, por uso de estimulantes (efedrina), cuando corría en el equipo Lamonta. Ganó cuatro de las cinco etapas que había. Fue descalificado en dos de ellas. Era el líder del circuito europeo. Seis días antes del último Campeonato del Mundo, en un control de la Agencia Alemana Antidopaje arrojó, 50,5 de hematocrito. Lo justificó con una diarrea y no fue sancionado. Todo ello corriendo en un equipo, el Geröslteiner, que es un paladín en cuestiones de dopaje y de imagen. Queda por ver cómo trata la prensa alemana al nuevo líder del Tour, que no parece un hombre capaz de hacer frente a una clasificación general.

Este Tour no tiene bonificaciones y sin embargo está resultando muy movido, agresivo. Todo parece estar más igualado. Entre los doce primeros de la etapa no hubo un minuto de diferencia y para buscar el primer corredor que cedió más de dos minutos hay que ir hasta el puesto 41. Son unos datos que llaman la atención. Nadie pudo romper el reloj. Junto a Schumacher, otro nombre que hay que apuntar es el del luxemburgués Kim Kirchen, a sólo 18 segundos del ganador.

Una vez vista la contrarreloj de Fabián Cancellara se entiende mejor que su equipo, CSC, no trabajase camino de Nantes para reducir la diferencia de los escapados y poder optar al maillot amarillo. Menchov recuperó parte de los 45 segundos que había perdido. Esperemos que no tengamos que acordarnos mucho en el futuro de esta contrarreloj. Momentos como los vividos en la crono, con un batacazo importante a todos los niveles, sólo puede llevar a una reflexión, que muchas veces se olvida y que conviene recordar de vez en cuando.

martes, 8 de julio de 2008

Romain Feillu nuevo líder

Alejandro Valverde cedió el liderato del Tour de Francia al corredor local Romain Feillu, quien estuvo en la escapada buena y en la que llegó segundo a la meta de Nantes. Su compatriota Samuel Dumoulin se llevó al sprint la tercera etapa con el estadounidense Frischkorn tercero. Ahora Valverde es cuarto a 1:45 del nuevo maillot amarillo.

La escapada de estos tres corredores, unidos al italiano Paolo Longo, fue digna de admirar. Decidieron fugarse nada más comenzar una etapa de 208 kilómetros y, aunque se pensaba que con el tiempo serían cazados, supieron trabajar con fuerza y compañerismo para llegar a la meta. A ello ayudó también el pasotismo de un pelotón confiado en que les cogerían y que permitió hasta 15 minutos de ventaja.

No obstante, el viento y las caídas (una a 25 kilómetros de meta propició el abandono de Ángel Gómez) provocaron un corte cuando más tiraba el pelotón y que mermó sus fuerzas para coger a los fugados. Partido en dos, el gran grupo inició una doble lucha: por delante, el grupo del líder Valverde por dar caza a la cabeza de carrera y, por detrás, el de Menchov, Ricco y compañía, por no perder distancia con los mejores.

Al final, ni el primero cogió a los cuatro escapados (llegó a 2:09 de Dumoulin) ni el segundo se unió con el predecesor (entró medio minuto más tarde). Todo ello antes de la primera gran cita de este Tour: la contrarreloj de 29,5 kilómetros con salida y llegada en Cholet, un recorrido con muchos toboganes que no deben impedir un triunfo de un especialista.

Hushovd vence, Valverde mantiene liderato

Apenas un segundo permitió a Alejandro Valverde conservar el maillot de líder del Tour de Francia tras la disputa de la segunda etapa de la ronda gala que se saldó de nuevo con una llegada al sprint en la que el noruego Thor Hushovd se llevó la victoria por delante de Kim Kirchen y Gerard Ciolek en un emocionante final de etapa donde Cancellara y Pozzato sucumbieron al empuje final del corredor del Credit Agricole en los últimos metros.

Valverde, que acabó duodécimo la etapa, no tuvo apenas opciones de repetir el recital de fuerza física ofrecido la primera jornada en la línea de meta y, pese a estar bien colocado en el pelotón en los metros finales, tuvo que conformarse con seguir la estela marcada por Hushovd en un derrote de energía del noruego.

Así las cosas, el esfuerzo y trabajo realizado por su equipo, el Caisse d'Epargne, durante toda la etapa al frente del pelotón principal no fue en balde y sirvió para que el segundo de ventaja con el que contaba el corredor murciano sobre algunos de sus rivales y la moyoríra de los sprinters sirviera para que el amarillo de líder permaneciera en manos de Valverde un día más.

Etapa rompepiernas

Valverde le dio la vuelta a los presagios que apuntaban a que la jornada acabaría obligandole a ceder el maillot amarillo en una etapa cuyo recorrido 'rompepiernas', con pocos tramos llanos y cuatro cotas puntables de tercera y cuarta categoría, provocó que, pese a ser corta, no resultara cómoda ya que a lo duro del trazado se unió la lluvia constante que acompañó a los corredores en todo momento.

El triunfo final de Hushovd robó el protagonismo a la escapada del día, la de los franceses Sylvain Chavanel y Thomas Voeckler. Los dos corredores galos se descolgaron del pelotón principal en la cima de la primera subida, la de lBieuzy-Lanvaux después de formar parte de una fuga inicial de diez corredores.

Con los dos franceses tirando en cabeza y el grupo principal dominado por los nueve hombres de Caisse d'Epargne, la emoción que 'a priori' iba a suponer afrontar el Mur de la Bretagne no fue tanta. La lucha por los puntos dejados por Chavanel y Voeckler fue menos mordaz de lo esperado y el pelotón mantuvo el orden, permitiendo que los escapados llegaran a alcanzar una diferencia de seis minutos.

No obstante, los hombres de cabeza no pudieron mantener un ritmo tan alto y, aprovechando que las diferencias con los escapados bajaron hasta los dos minutos, otros dos franceses, Moreau y Lelay, demarraron y dejaron atrás a Valverde y compañía. Tras varios kilómetros actuando de enlace entre la cabeza de carrera y el pelotón, los dos corredores galos del Agritubel tomaron contacto con los primeros escapados.

Así, a partir del kilómetros 107 la carrera ofreció una fuga soñada para el público local, con tres de los 'históricos' del ciclismo francés en cabeza: Chavanel, Voeckler y Moreau, escoltados por Lelay. Mientras, la tensión en el grupo principal se agrandaba cada vez que se pasaba por cada localidad ya que lo sinuoso del recorrido hacía peligrar la estabilidad de los corredores y el pelotón se veía obligado a partirse.

A falta de apenas dos kilómetros para el final los sueños de los escapados de llevarse la etapa se vinieron abajo y, pese a que el propio Moreau aguantó como pudo la fuga, acabaron siendo neutralizados justo en el momento en el que Cancellara lanzó un ataque demoledor que apenas pudo ser seguido por Filippo Pozzato. Esfuerzos que de nada sirvieron ante la aparición de Hushovd, que en un alarde de fuerza física logró su novena victoria de etapa en el our seguido de un impresionante Kirchen que sorprendió a todos.

Óscar Freire, bien posicionado en el pelotón en los últimos metros, acabó séptimo, puesto que le alza a la tercera plaza de la general. La nota negativa del día la puso Mauricio Soler. El colombiano logró acabar la etapa a duras penas en una jornada que se convirtió en todo un calvario para él dados los problemas que sufre en ambas muñecas y que le hicieron perder siete minutos y 18 segundos.

domingo, 6 de julio de 2008

Valverde rompe con todo

Lejos de mostrar miedos por conseguir el amarillo pronto, Alejandro Valverde venció con total autoridad rompiendo con una serie de dogmas ciclistas que han reinado durante años. Esto es el ciclismo al más puro estilo. Esto puede significar un punto de inflexión en la historia del ciclismo ya que estamos viviendo un año en el que solo se habla de ciclismo.¡Por fin! Todos esperamos que este Tour sea el de la reinserción del ciclismo entre los aficionados después de continuos escándalos en años predecesores.

Y venció Valverde y de esa manera se vistió ayer de amarillo en Plumelec. Sus condiciones infinitas se adaptaban al final porque sus condiciones se adaptan a cualquier final feliz. Sin embargo, no se esperaba a un favorito. Desde que se pusieron de moda conceptos como el desgaste, la reserva de fuerzas y la necesidad de acumular amigos (el catenaccio ciclista), los candidatos se cuidan de dosificar sus demostraciones de fuerza con una obstinación casi supersticiosa.

Por eso resulta reconfortante ver como un candidato se destapa desde el primer instante y se muestra al mundo: soy yo, si buscaban un favorito aquí lo tienen, si querían un enemigo aquí lo encuentran, dorsal 31, desde hoy de amarillo. Sin cálculos, sin prudencias y sin miedo.

Como debió ser siempre, por otro lado. Porque desde que Valverde irrumpió en el ciclismo profesional, tan exuberante, han querido hacer de él lo único que no era: comedido. Es un defecto recurrente. Encuentran un campeón y quieren convertirlo en Indurain, programarlo, enfriarlo, crionizarlo. Y es imposible. Valverde, por fin lo entienden, es un ciclista desbordante, cuyo límite no se alarga con el ahorro. Podría ganar cinco etapas y explotar después o podría explotar sin haberlas ganado. O pudiera ocurrir que la confianza y las victorias le dieran el empujón que necesita en la tercera semana. De palo a palo, en cualquier caso. Imaginen cuánto disfrute cabe en esa idea.

Etapa impresionante para comenzar

La etapa, por lo demás, fue excelente. El Tour ha comprendido que necesita renovarse y que no proceden las semanas de siesta y rumor de helicóptero. Así que preparó una etapa de diseño, algo similar a un parque de atracciones. Suficientemente dura como para que algunos creyeran en el milagro de una escapada, pero no lo bastante como para evitar el encuentro de lo más florido del pelotón en el último desfiladero. Una jornada apta para valientes y estrellas.

De la Fuente y Jegou cayeron a falta de siete kilómetros. Antes fueron atrapados, entre otros, Rubén Pérez y José Luis Arrieta. Si el equipo de Valverde acortó la distancia con los fugados, el Columbia californiano se encargó de marcar un ritmo frenético cuando sólo quedaban motos por delante. Preparaba el asalto del luxemburgués Kirchen (séptimo en el pasado Tour). Su ataque en la última rampa fue durísimo y le dejó con una ventaja que parecía definitiva. Parecía. Por detrás, Valverde exprimió a Evans hasta que voló en solitario. Entonces fue un águila entre palomas. Rebasó a Kirchen y le quedó tiempo para gritar libertad, porque corre sin riendas, o con eso queremos soñar.

Entre los 15 primeros, la aristocracia del Tour: Kirchen, Riccó, Evans, Frank Schleck, Freire, Pereiro, Sastre... Valverde es líder y luce radiante. Esto no ha hecho más que empezar, dirán los prudentes. Que empezar bien, añado yo.

Alejandro dedica la victoria a su familia, a su equipo, al aficionado y a los que dudan de él

¿Lo esperaba?

Era un final de etapa que podía ir bien a mis características. Lo sabía pese a que no había estado nunca aquí.

¿Y entonces qué le animó a atacar en la última subida?

Quizá el desconocimiento y que Cadel Evans tiró tan fuerte que, al ponerme a su rueda, me vino perfecto para poder atacar. Kirchen iba por delante pero le pude coger. Al tomar la última curva no tenía ni idea de los metros que faltaban. Tengo que dar las gracias a todo el equipo. Estuvieron arropándome desde el principio. En los dos últimos kilómetros tuve que remontar desde la trigésima posición con Iván Gutiérrez. He demostrado que tengo fuerzas y, después de subir al podio, una confianza extra. Estar aquí rodeado de tanta expectación es también una bonita satisfacción.

¿Más ahora con el maillot amarillo?

No, las mismas. Lo mejor de este éxito es que ya en el primer día hemos cumplido dos de los objetivos de mi equipo, el Caisse d'Epargne, para este Tour: el triunfo de etapa y el liderato provisional.

¿Y ahora?

Tocará perderlo porque seguro que me lo van a quitar. Es muy pronto y demasiada presión para el equipo mantenerlo. Además, la contrarreloj llega en sólo tres días Lo que importa es entrar en París con este maillot.

¿Qué mensaje ha mandado a sus rivales?

Ninguno en especial. Que estoy bien como ya he venido demostrando. Y que ahora me siento ciclista. El año pasado no me sentía por todo lo que nos rodeaba. Ahora estoy fenomenal. Pero queda tanto Tour que no puedo hacer más que ir día a día. Estar aquí ya tras la primera etapa no me va suponer más presión, si acaso todo lo contrario.

¿A quién se lo dedica?

A toda mi familia y a los verdaderos aficionados al ciclismo y también, por qué no, a los que dudan. Yo no puedo hacer más por este deporte tan fantástico.

Sigue la tradición española Después de Contador viene usted.

Estoy muy contento de haber heredado el amarillo que Alberto consiguió el año pasado. Me gustaría que estuviera aquí.

Sastre reconoce que Valverde es claro favorito a la victoria final

El líder del CSC ha declarado que su compatriota, Alejandro Valverde "ha estado impresionante". Sastre no se ha olvidado del trabajo realizado por el Caisse d'Espargne: "Hay que felicitar a su equipo porque han trabajo para ganar la etapa y han sido merecedores de ello más que nadie. El Tour tiene en Alejandro un líder sólido y creo que con la renta de segundos que ha conseguido le gustará mantenerlo hasta la etapa cronometrada del próximo miércoles".

Sastre ha comentado lo extraña que le ha resultado la primera etapa de este Tour: "Ha sido una etapa atípica y muy nerviosa, pero lo más importante es que hemos salvado un día sin caídas y sin percances. He perdido unos segunditos, siete con respecto a Valverde y seis con los otros doce corredores que han entrado delante de mí, pero al no haber bonificaciones no ha sido nada importante".

A nivel personal, Sastre ha reconocido sentirse bien durante la primera etapa: "Las sensaciones han sido buenas a lo largo de toda la etapa, me he sentido arropado por un equipo muy potente y creo que hemos empezado muy bien esta carrera. Por lo demás, ahora vienen otras dos etapas que serán moviditas y espero pasarlas sin sufrir ningún percance".